El mismo ruido de llaves de cada día, la puerta que se abre
y se cierra, y un silencio que dura horas y horas. Sin darnos cuenta las
personas seguimos una serie de rituales diarios al marcharnos de casa: preparamos el
bolso, nos ponemos la chaqueta, nos despedimos del perro con voz triste, cogemos las llaves y salimos de casa. Es por eso que el perro sabe
perfectamente que se quedará solo cuando ponemos en funcionamiento este ritual.
Y desde el primer gesto que hacemos de vestirnos él empieza a estresarse. La soledad
es un factor de estrés muy fuerte para los perros pues son animales gregarios,
sociales y por lo tanto necesitan compañía. A este transtorno le llamamos
Ansiedad por separación. Obviamente con la vida que llevamos hoy en día es
imposible evitar la soledad a nuestros perros; Sin embargo hay medidas que puedes tomar para reducir la problemática y enseñarle a estar solo.
Cuando empieza tu ritual de marcha el perro se excita y
cuando te vas se mantiene una media hora esperando en la puerta tu vuelta. A partir de este tiempo su estrés ha aumentado mucho y la espera se
convierte en desesperación sólo calmada mordiendo objetos, orinando y aullando.
Debes dejar de creer que son actitudes vengativas del perro contra ti, pues los perros (y ningún animal) no son capaces de sentir rabia, ni venganza, sólo
sienten angustia porque están solos. Y la angustia la calman destrozando cosas, orinando por la casa y ladrando.
Las primeras medidas que debes tomar para reducir
el estrés del animal son eliminar los rituales de marcha:
- Desasociar: Procura no hacer cada día las cosas igual para que el perro no sepa cuando te vas a ir y cuándo no. Hay que despistarlo preparando la bolsa, las llaves, la chaqueta y después sentarte con él en varias ocasiones de manera que deje de relacionar estos actos con el hecho de irse.
- Finge que te vas y a los cinco minutos vuelve.
- No te despidas nunca del perro cuando te vas; Las palabras que le dedicas en ese momento lejos de calmarlo lo ponen nervioso porque detecta tu estado de ánimo.
- No abrazarlo ni hacerle fiestas.
- Buscar la máxima naturalidad en el acto de partir. Si te vas indiferente sacarás hierro a la situación.
- A la vuelta evita saludarlo durante los 5 primeros minutos, hasta que esté tranquilo.
- No reñirle nunca si ha hecho destrozos: No serviría de nada porque ya no relacionaría la bronca con lo que ha hecho mal, se desconcertaría y sólo haría que asociar el enfado del dueño con la vuelta a casa. Incrementaría la situación de estrés que ya sufre.
- Sobre todo, no dejarlo nunca más de 8 horas solo.
Además de estas medidas conviene enseñar al perro a estar
solo y eso es lento y requiere paciencia. En otro post hablaremos de como prevenir.
Para la tranquilidad de todo aquel que tenga un perro que no sufra este transtorno, hay que añadir que no todos los perros sufren ansiedad por separación, algunos
porqué han sido enseñados correctamente y otros porqué no tienen tanta
dependencia de los dueños y la soledad no les supone ningun estrés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario